Azotes
La noche trajo consigo el clamor de los incautos que
respiraban el aire viciado de la muchedumbre aporreada por el tiempo. ¿Quién se
acostó con los que redimieron su alma después de haber contemplado las
calamidades del averno? Ellos terminaron siendo los desheredados, los hijos
bastardos de la furia y el desengaño.
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